Entre las muchas preguntas que podemos hacernos en torno a la literatura, una de las que aparecen con más insistencia es ¿por qué leemos? Por supuesto, no puede darse una respuesta general, aunque casi todo el mundo lo hace por placer. Hay quien busca evadirse, o resolver un problema desde la seguridad del sofá —es sabido que Agatha Christie aumentó la dificultad de sus novelas para desafiar la sagacidad de su público—, o vivir romances ardientes, o conocer épocas lejanas, o vivir aventuras, o sorprenderse sin más. Entre los lugares comunes destacan que la lectura estimula la imaginación y que nos hace mejores personas porque, al experimentar vidas que no son las nuestras, aumenta nuestra empatía y nuestro conocimiento de situaciones que de otro modo nos serían desconocidas. Seguir leyendo «Mala letra, de Sara Mesa (Anagrama, 2016)»